Amistades ¿Cuándo amarlas u odiarlas? Primera parte



Las personas opinan siempre que los mejores amigos se cuentan con los dedos de una sola mano y que a veces sobran, otras que siempre procuran la honestidad por sobre todas las cosas, y algunas más exigen/demandan una serie de requisitos que se deben cumplir tal cual solicitud de visa en alguna embajada norteamericana. 
Aunque el meollo de este escrito se aleja de listar las cualidades, sí propone identificar las diferencias que a veces unen o desunen a los amigos, aún a los considerados como verdaderos.


Tiempo no significa necesariamente calidad en la amistad

Al hablar de amistades refiriéndonos a cada una de las personas que conforman nuestro círculo no podemos dejar de lado el tiempo que se ha pasado junto con estas, en el sentido más san valentinezco la manera en qué y cómo se ha ido afianzando la amistad a través del tiempo. 
Por supuesto -el tiempo- si es un factor importante pero a veces queda minimizado cuando no se tienen bases como confianza, honestidad y valor para platicar en las dos vías.


Trabajo y ¿Amistad?

Aunque pudiese sonar escabroso en este aspecto, en definitiva si se pueden hacer excelentes amistades a partir del trabajo; con el devenir diario se atraviesan cuestiones en común que muchas ocasiones no se puede evitar platicarlas y mucho menos no necesitar un hombro amigo en el cual se pueda lagrimear a moco tendido o escuchar un consejo de ánimo y de buenos deseos. 
El problema esta cuando los demás, ajenos como es la dinámica entre las amistades existentes, no toman en cuenta la máxima más importante “no te tomes las cosas personales, puesto que esto es trabajo”; no saber distinguir lo anterior nos arrastrará invariablemente y no por decisión propia a enredos y malentendidos: "aunque pasemos tiempo no significa que sea tu amigo y tenga que chutarme tus proezas en la cama con medio mundo, entiende que me puedo reír pero de ahí a que sea tu compadre de bautizo o algo simple como agregarte a mis amigos en Facebook pues no".
Las amistades en el trabajo bien fortalecidas, platicadas y en constante comunicación llegan a ser muy buenos aliados allá afuera donde la vida transcurre de verdad.


“Lo que traes es para lo que te ajusta”

Esta hipótesis prestada se fundamenta básicamente en la siguiente analogía: cuando vas al abarrote llevas tu lana para comprar comienzas a tomar una cosa, otra, y otra y al final el tendero te dice cuánto es y tu sacas tu morrallita y ves que no te alcanza para tanta compra y vas a tener que llevarte solo para lo que te alcanza. 
Lo mismo pasa con las amistades, tienes a alguien que aprecias mucho, por los motivos que tu desees, te portas bien con esta amistad le ofreces comunicación, apoyo, etc., y si no puede corresponderte puede pasar lo siguiente: te esperas a que el amigo en cuestión agarre la onda; o platicas; parece que todo va bien pero no te corresponde de la manera que esperabas.
¡Qué mala onda!
Por qué no puede corresponderte: no porque no quiera sino simple y llanamente es incapaz de hacerlo, o no sabe, o no puede, o no le pasa por la cabeza (para lo que traemos en nuestro bagaje de amistad es para lo que nos alcanza). Cuantos sinsabores podríamos ahorrarnos si tomamos en cuenta este punto, pero nos encanta el drama forever.

Continuará.

foto: google.imagenes.com


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